El acné es una de la patologías más frecuentes de la piel.
Afecta sobre todo a personas jóvenes, pero cada vez es más frecuente a otras edades, siendo especialmente relevante el acné de la mujer adulta.
El acné es una de las enfermedades más frecuentes de la piel, ya que afecta al 85% de las personas. Aunque todo el mundo asume que no se trata de un trastorno grave, su localización predominante en la cara, y la frecuente producción de cicatrices, determina un impacto el la calidad de vida y un deterioro la imagen personal mucho mayor que el que causan otras enfermedades de la piel consideradas más graves.
En el origen del acné influyen factores genéticos, hormonales, seborrea, bloqueo de los poros u orificios foliculares, factores microbianos (Cutibacterium acnes) y, por último, una respuesta inflamatoria. Por todo ello, a pesar del gran intrusismo existente, el manejo del acné debe basarse en el tratamiento médico impartido por médicos, combinando medidas higiénicas y cosméticas, antisépticos, antibióticos, comedolíticos, y, en las formas más graves, tratamientos hormonales e isotretinoina.
Existen dos mecanismos por los cuales los láseres mejoran el acné. El primer mecanismo es la disminución de la sobreinfección por Cutibacterium acnes. Equipos como los LEDs, la Luz pulsada intensa, el Laser de ND:YAG y otros equipos que emiten en el espectro visible, realizan terapia fotodinámica.
Por otra parte, el acné puede causar cicatrices, que también pueden mejorarse con Laser.
Cutibacterium acnes produce una serie de productos fotosensibles (porfirinas), la exposición a determinadas longitudes de onda induce cambios en las porfirinas con la producción de productos tóxicos que llevan a la destrucción de la bacteria. Por lo tanto con estos tratamientos estamos disminuyendo la sobreinfección y mejorando las lesiones inflamatorias.
Teniendo en cuenta que los pacientes de acné tienen una mayor tendencia a la infección por la bacteria, el tratamiento con LEDs o IPL de forma regular puede ayudar a los pacientes con acné a controlar los rebrotes. Esto es importante como decíamos anteriormente, no sólo hay que tratar los brotes, también hay que realizar un tratamiento de mantenimiento y considerar al acné como una patología crónica.
Existe un segundo mecanismo por el que determinados láseres mejoran el acné. Estos láseres tienen un efecto térmico y esto puede producir la destrucción o por lo menos la disminución de la producción de las glándulas sebáceas. Por lo tanto el objetivo de estos tratamientos es disminuir la secreción sebácea, para ello existen diferentes equipos siendo los equipos de láser fraccionado de Ebium Glass 1550 nm, CO2, Er:YAG ó Nd:YAG no ablativo los que están ofreciendo resultados más prometedores.
Estos equipos producen remisiones del acné bastante prolongadas en el tiempo, por lo tanto es una alternativa muy eficaz para muchos pacientes.
El acné es una patología multifactorial y como tal se puede beneficiar de diferentes tratamientos. Probablemente la combinación de varios de ellos es lo que ofrece mejores resultados, esto supone erradicar varias de las causas de acné con lo cual las posibilidades de mejoría son mayores.
Los láseres nos ofrecen la ventaja de tratar dos de las causas del acné, su combinación con otros tratamientos tópicos es posible y recomendable en muchos pacientes. Con un buen planteamiento y explicando al paciente la necesidad de mantener un seguimiento y un tratamiento prolongado se pueden conseguir muy buenos resultados.
La presencia de comedones cerrados o microquistes, ralentiza mucho la mejoría del acné, y puede ser la causa de rebrotes inflamatorios cuando se instaura tratamiento médico. La apertura de los mismos con láser o “plasma pen” y su extracción instrumental, por parte de personal especializado, es fundamental para acelerar la mejoría en estos casos.
Para el acné activo, el tratamiento con láser Fotona Nd:YAG reduce las lesiones mediante la fototermolisis selectiva y el calentamiento controlado que ayuda a destruir térmica y selectivamente las glándulas sebáceas hiperactivas, acelera el proceso de curación y estimula la remodelación del colágeno, un paso importante en el tratamiento a largo plazo del acné.
Precio: 100€/sesión
El láser fraccionado es el tratamiento más efectivo de cicatrices de acné. Puede ser no ablativo (Er:Glass o Picosegundo) o ablativo (CO2 o Er.YAG). Los haces puntiformes de luz láser penetran en la piel hasta la dermis causando columnas de daño térmico que inducen una neoformación de colágeno que regenera y alisa la piel. Precisa anestesia tópica y causa enrojecimiento y costras en la piel durante 3-7 días.
Suelen ser necesarias varias sesiones para conseguir el resultado deseado.
Precio: 200-400€/sesión
AI Website Maker